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La riqueza generada por los datos en la era digital

Gabriel Pérez del PeralMarketing | 2020-04-30

La epidemia del COVID-19, cuyo epicentro en un principio se situó en China, hoy día ha obligado a los habitantes de todo el mundo a tomar medidas extremas para detener la velocidad de contagio del virus. Como parte de estas medidas de mitigación, destaca la del obligado distanciamiento social, que se ha manifestado en el confinamiento de los seres humanos en sus casas.

Ante la mencionada reclusión en los hogares, el uso del internet se ha incrementado en forma considerable a través de diferentes actividades como son: la práctica laboral del home office, actividades de comunicación (redes sociales), de educación (plataformas de Learning Management System) de entretenimiento (plataformas de streaming), de financiamiento (actividades bancarias), de múltiples servicios a domicilio, etc.

Todos los que hacemos uso del internet nos podemos considerar trabajadores digitales ya que hemos contribuido a crear valor en los mercados de empresas como Google y Facebook. La mayoría de los usuarios empezamos a trabajar cuando en la mañana tomamos nuestro teléfono celular y generamos datos con relación a las actividades que realizamos en el espacio virtual. Estos datos son el insumo más importante para las empresas de Silicon Valley.

En una investigación reciente (Should we treat data as labor?) de Imanol Arrieta, Diego Jiménez (Stanford University), Leonard Goff (Columbia University) y Jaron Lanier y Glen Weyl de Microsoft se afirma que la relación de las grandes compañías de internet con sus usuarios debe cambiar. Argumenta que la “inteligencia artificial” (IA) cada día se desarrolla más y está transformando a las empresas.

Por ejemplo, el funcionamiento de los algoritmos (secuencia de actividades sistemáticas con un orden lógico) utilizados en la fabricación de máquinas inteligentes, se prueba usualmente con cantidades masivas de datos. Las empresas de internet reúnen estos datos por ejemplo a partir de los clics que hacen los usuarios en las búsquedas en Google y analizan las listas de los resultados obtenidos; destacan con relación a lo anterior los comandos de consulta dirigidos a Siri y Alexa.

Una práctica común de las grandes compañías que operan en la banda ancha es extraer datos valiosos de los usuarios a través del uso de herramientas como recaptcha. Esta herramienta les pide a sus visitantes resolver problemas fáciles para humanos pero difíciles para las IA´s como descifrar textos; la manera en que se solucionan dichos problemas proporciona información de los usuarios útil para las compañías de Silicon Valley.

En la investigación se señala que, con los datos que la gente genera al interactuar en internet, se “paga” por un servicio que aparentemente es gratuito. Este modelo de gratuidad de los datos generados hace que la contribución de las AI´s a la productividad sea limitada ya que en muchos casos se cuestiona la calidad de algunos datos reunidos. Los datos generados por los usuarios son parte del capital de las grandes empresas de internet y como tales, constituyen para las compañías una gran ventaja competitiva. El que los gigantes de internet sean los únicos que posean estos datos genera falta de equidad en los correspondientes mercados; las empresas pequeñas están en clara desventaja.

Conforme las Ai´s han ido creciendo, cada vez más, la cantidad de trabajo se ha hecho más vulnerable a ser desplazado por los avances de la tecnología; es por ello que la participación factorial del capital en el PIB se ha incrementado a costa de la disminución del factor trabajo. Los autores argumentan que es por ello que la participación del pago al factor laboral en el PIB (sueldos y salarios) que antes se mantenía estable, ha bajado en las últimas décadas.

La esencia de la investigación es la presentación de una propuesta radical: en lugar de que los datos se consideren como capital, se deberían tratar como producto del trabajo; más específicamente, se deben considerar como propiedad de aquéllos que los generan y que están dispuestos a venderlos. Los datos generados son susceptibles de venderse múltiples veces, a múltiples empresas, lo que reduce la posibilidad de que se constituyan en barreras a la entrada. Si las empresas pagan por los datos adquiridos, potencialmente se mejorará la calidad de los mismos.

El artículo incluye conceptos interesantes que servirán de marco para la discusión sobre el papel que juegan los datos en la economía. Un aspecto importante es que el eje de los desequilibrios en el mercado de datos es la alta concentración de las grandes empresas de internet.

Aunque los datos son extremadamente valiosos en el agregado, individualmente no lo son. Así, los autores argumentan que la negociación con las empresas de internet tiene que hacerse en forma colectiva, por ejemplo, a través de un “sindicato de generadores de datos en internet”.

La próxima vez que usted haga uso del internet, es importante que sea consciente del valor de los datos que genera, producto de las búsquedas de información que realiza regularmente.

Las empresas establecidas en Silicon Valley, California, en lugar de buscar oro, como lo hacían los habitantes de esa región en 1849, en la llamada “fiebre del oro”, ahora lo que buscan son datos para incrementar su riqueza.

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